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Construyendo cerebros con mejor comportamiento (extracto de libro de Dr. Sears)

El cerebro en desarrollo de un bebé se parece a kilómetros de cables enmarañados llamados neuronas. Al final de cada neurona, diminutos filamentos se ramifican para hacer conexiones con otras neuronas, formando caminos. Esta es una de las maneras en que el cerebro desarrolla patrones de asociación: hábitos, y maneras de actuar y pensar; en otras palabras, organización. La crianza con apego crea un equilibrio de comportamiento, que no sólo organiza la fisiología del niño sino también su desarrollo psicológico. En resumen, la crianza con apego ayuda al cerebro en desarrollo a hacer las conexiones adecuadas.

 

El niño desconectado, sin embargo, se encuentra en riesgo de desarrollar caminos neurológicos desorganizados, especialmente si ese bebé ha nacido equipado con incluso más cantidad de caminos desorganizados que los habituales. Este niño está en riesgo de desarrollar problemas de comportamiento más tarde, como por ejemplo, hiperactividad, distracción e impulsividad – características de una de las cada vez más frecuentes “enfermedades” en la infancia y ahora también en la edad adulta – trastorno de déficit de atención / hiperactividad (ADD – ADHD). El cerebro de una persona crece más en los primeros tres años que en cualquier otro momento en la vida. ¿Puede el nivel de crianza durante esos años de formación afectar la manera en que los caminos de comportamiento en el cerebro se organizan? Nosotros creemos que sí, y también creemos que muy pronto las investigaciones confirmarán que muchos de los problemas de comportamiento que se presentan en la infancia y edad adulta, son en realidad evitables enfermedades en la desorganización temprana.

 

 

Fuente: William Sears, M.D., and Martha Sears, R.N.; The Discipline Book. How to have a better-behaved child. From birth to age ten; New York, Little, Brown and Company, Sears Parenting Library, 1995, first edition, p. 33.

Traducción: Monna

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