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La importancia de los grupos de

apoyo a la lactancia materna (parte 2)

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En esta segunda parte de esto que me parece tan lindo de compartir, mencionaré otros ambientes en los que se mueve la madre que amamanta. Intentaré hablar en líneas generales, pero también haré referencia a situaciones de mi ciudad y país, ya que es lo que me toca vivir.

 

 

El entorno cercano (y no tanto)

 

Como mamás, sabemos desde el embarazo que es prácticamente imposible evitar las opiniones de terceros sobre lo que hacemos o dejamos de hacer en cuanto a la crianza de los hijos/as. Nos vamos preparando desde entonces para saber que lo que nos dicen, aunque venga desde la mejor intención, no siempre es una opinión correctamente informada o proviene de una generación en la que la lactancia materna no era lo habitual.

Es importante saber que la lactancia no es un tema neutro del que se pueda hablar como si fuera un programa de televisión transmitido la víspera o la moda que se aproxima. La lactancia nos hace rememorar nuestra propia historia de bebé amamantado o no amamantado.” (1) Y es por esto que muchas veces personas cercanas se sienten sensibilizadas o tocadas por sus recuerdos, sus culpas, sus decisiones pasadas…

Poco a poco podremos ir dándonos cuenta de cuáles son las personas (sean familiares, amigos/as, compañeros/as de trabajo) con las que nos sentimos más cómodas con respecto a la lactancia, y con quienes tal vez podamos intercambiar una o más ideas sobre el tema.
 

 

Profesionales médicos

 

Muy lamentablemente, debo meter en esta bolsa a enfermeros/as, neonatólogos/as y pediatras que no se encuentran capacitados debidamente en lactancia materna. Por supuesto que hay quienes sí están bien informados y saben acompañar a las madres que apenas comienzan su camino de amamantar a su bebé. Sin embargo, no son la mayoría, y a pesar de que conozco varios profesionales que se están actualizando en esta materia, todavía cuesta mucho encontrarlos, sobre todo en el ámbito privado de esta ciudad (recordando que hablo desde mi propia experiencia y de mamás cercanas).

Creo que no hace falta detallar más este punto, muchas conocemos pilas de casos de destetes inducidos por malos consejos, por insistencia con leches de fórmula, por querer apurar el peso del bebé, y por ignorancia plena del funcionamiento de la lactancia. Considero importante buscar un profesional que, aunque no sepa demasiado de lactancia, pueda acompañar a la madre y su bebé en el camino que deciden emprender. Alguien actualizado sería ideal en primer lugar, y en segundo, alguien que sea capaz de admitir que no sabe tanto y pueda recomendar una consulta con una consultora, puericultora o grupo de apoyo.

 

 

La sociedad en la que vivimos

 

Amamantar es un asunto cultural. En tiempos no demasiado remotos, las mujeres aprendíamos a amamantar inconscientemente, mientras convivíamos con otras mamás que amamantaban libremente a sus hijos/as. La mayoría de los obstáculos en la lactancia se resolvían preguntándole a la madre más cercana, las madres solían dedicarse casi exclusivamente a la crianza de los niños/as  y se ayudaban mucho entre ellas o dentro de la misma familia.

Junto con la incorporación de la mujer al trabajo asalariado, a los horarios fijos y licencias escasas, llegaron las mejoras a las leches artificiales, biberones y una concepción de madre profesional y liberada, que ha salido de la casa y se ha alejado de la crianza para poder dedicarse a otras cosas.

Durante miles de años de historia humana y hasta principios del siglo pasado, la sociedad aún transmitía la cultura de la lactancia materna de madres a hijas. Las mujeres conocían la lactancia en la vida cotidiana, pues a su alrededor veían cómo las madres amamantaban a sus hijos y la red social contribuía a que la mayoría de los niños fueran amamantados. Pero, a partir de la segunda década del siglo XX, se empezó a generalizar de manera inquietante el uso de leches artificiales o industrializadas en la alimentación de bebés. Es así que el sistema tradicional, que reforzaba la lactancia materna, comenzó a fallar en las culturas en las cuales se empezó a considerar normal alimentar al bebé con mamadera.” (2) Así fue que surgieron los grupos de apoyo a la lactancia materna, para suplir esta herencia cultural que desaparecía silenciosamente y dejaba sin referencias a la mujer que deseaba amamantar a su bebé.

No me atrevería a considerar que todo tiempo pasado fue mejor, ni que la situación actual de la mujer moderna se oponga en todo a la maternidad. Lo que sí destaco es que hemos dejado algo olvidada la lactancia materna y esto se refleja en la constante lucha que libramos la mayoría de las madres de hoy. Falta una licencia laboral adecuada al tiempo de lactancia exclusiva ideal (6 meses, según OMS), salas de extracción para poder reincorporarnos con naturalidad al trabajo, una conciencia social sobre el real beneficio de la lactancia materna, una aceptación de los riesgos de la alimentación con fórmula generalizada, un cuestionamiento hacia la alimentación complementaria demasiado temprana, una mirada más natural hacia recuperar el vínculo entre madre y bebé… y podría seguir.

Más allá de todo lo que nos ayudamos unas a otras en un grupo de apoyo, mucho ya se está comenzando a trabajar también en conjunto con asociaciones y organizaciones locales e internacionales. Queda un largo camino por delante, pero vale la pena seguir, y todas juntas es mejor.

 

 

Mamás rodeadas de mamás

 

Muchos de los problemas que enfrenta una madre lactante no son médicos por naturaleza y pueden ser resueltos por otra madre con experiencia. Está comprobado que es más fácil aprender de pares que de profesionales expertos. Es común que a las madres les cueste admitir que tienen conflictos y, con frecuencia, cuando pueden identificarlos se culpan a sí mismas, creyendo ser las únicas que presentan estas dificultades. Al reunirse con otras madres aprenden de la experiencia de cada una y, además, la escucha les facilita la identificación de sus propias necesidades y las anima a pedir ayuda.” (3)

Es por todo esto que, para mí, buscar estar rodeada de personas que verdaderamente apoyen la lactancia sirve para no permitir que aquellos terceros que no saben de lactancia, nos tiren abajo con sus opiniones y mitos. Forjarnos una actitud firme y adecuadamente informada, nos ayudará, no sólo a resolver problemas en la lactancia, sino también a defendernos y a conseguir cada vez más apoyo para lograr una excelente experiencia. 
¿Qué mejor apoyo que otras mamás que ya hayan pasado o estén en las mismas situaciones que nosotras? Es tan reconfortante tener una mano, un hombro y un oído que nos entienda cuando contamos lo difícil que se nos hace… Es tan alentador saber que hay otra mamá que salió airosa de un obstáculo similar al que tenemos… ¿Qué más cálido que prestar una sonrisa a una mamá que lo necesita? Una mamá nerviosa por volver al trabajo, angustiada por la balanza del pediatra, desesperada por no pegar un ojo…

 

Si están pensando en ir a algún grupo de apoyo a la lactancia materna, no lo duden más. Acérquense a alguna de las reuniones, compartan su experiencia, planteen sus dudas, o simplemente brinden una oreja amistosa sin juzgar. No se van a arrepentir.

Citas:

 

(1) Claude.Suzanne Didierjean-Jouveau. Traducido de Allaiter Aujourd’hui de marzo de 2004, publicación de La Leche League de Francia, en revista NUEVO COMIENZO, Vol. 16 Numero 3 Año 2004. http://www.llli.org/lang/espanol/ncvol16_3b_04.html

 

(2) y (3) Tesone, Mónica y Ageitos María Luisa, para UNICEF – Grupos de apoyo a la lactancia materna (GALM) http://www.unicef.org/argentina/spanish/ar_insumos_LMgalm.PDF , Octubre 2001.

 

 

Grupos de apoyo a la lactancia materna (Argentina):

 

http://www.ligadelaleche.org.ar/grupos-de-apoyo

http://galamargentina.blogspot.com.ar/2008/07/agentina-completa-grupos-de-apoyo.html

 

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