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Lactancia y vuelta al trabajo - Mi experiencia

Artículo escrito para la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2015

Recuerdo tener mil ideas antes de comenzar nuestro camino de lactancia, sobre cómo iba a hacer para extraerme leche, cuándo iba a volver al trabajo, etc. Sin embargo, cuando vi todo lo que habíamos pasado, todos los obstáculos iniciales que habíamos superado, quise proteger todo lo logrado y cambié de parecer.

 

Nunca dejaré de agradecer el hecho de haber podido tomarme toda la licencia posible. Primero, dejarla con casi 3 meses me pareció muy pronto. Mi hija todavía tomaba lactancia mixta y se me hacía que si volvía a trabajar en esas condiciones, podríamos perder la lactancia materna. Pedí 3 meses más de licencia extendida.  Muy pronto logramos despedirnos de la leche de fórmula y recuperamos la lactancia materna exclusiva. Cuando llegó el momento de iniciar la alimentación complementaria, volvieron los miedos de arriesgarlo todo y antes de que se cumplieran los 6 meses totales, pedí los últimos 3 que podía pedir.

 

Apenas solicité este último período de licencia extendida, pensé en sacarme leche y guardarla en el freezer para que pudieran darle a mi hija en mi ausencia. Compramos un sacaleche manual, me informé sobre formas de conservar la leche materna y conseguimos las bolsitas para guardarla. Poco a poco empecé a sacarme leche, a la mañana, a la tarde y a la noche, en horarios más o menos parecidos, para lograr acostumbrar mi producción a las sesiones de extracción. Me costaba muchísimo lograr una rutina, y finalmente aprendí a extraer la leche manualmente, con lo que conseguía sacar mucho más. De a pequeñas cantidades, fui juntando bolsitas en el freezer, rotuladas con la fecha correspondiente. 

El primer mes del regreso al trabajo fue el más difícil de todos, sobre todo a nivel emocional. Partía de mi casa a las 8:00, luego de haber amamantado a mi hija de casi 9 meses, almorzaba en mi escritorio y utilizaba la hora de almuerzo para escaparme a mi casa y amamantarla de nuevo. A las 18:00 regresaba a mi hogar, gracias a la hora de lactancia que me correspondía y mi hija se prendía a mamar apenas me veía. Durante la noche, dormíamos una al lado de la otra y ella podía mamar todo lo que necesitara mientras yo me acomodaba para seguir durmiendo. En las horas laborales, intentaba extraerme leche también, pero muy pronto eso se me complicó bastante y dejé de hacerlo.

 

La situación en casa no podía ser mejor. La cuidaban familiares en su propia casa, con sus cosas, sus juegos, salidas por el barrio y mis instrucciones para su cuidado. Sin embargo, mi hija no aceptaba mi leche en mamadera, comía alguna colación a la mañana y algo más a la tarde, y así se las arreglaba para esperar la teta del almuerzo y la de la tarde a mi regreso. Empecé a utilizar la leche del freezer para cocinar alguna comida, y poco a poco dejé de extraerme en la oficina. Agradecí mucho que fuera así, ya que en mi lugar de trabajo no había un lugar adecuado para las extracciones, por lo cual lo hacía en el baño de mujeres, donde se me hacía muy complicado mantener las condiciones de higiene necesarias para el manejo de la leche.

El colecho y la lactancia nocturna a demanda fueron nuestros indiscutibles aliados durante todo el tiempo en que duró mi experiencia de combinar la lactancia y el trabajo de oficina con horarios fijos. Meses después renuncié a mi empleo y decidí dedicarme a ser mamá full-time, continuando con algunas actividades y proyectos que permitieron pequeños ingresos extra de dinero, que podía realizar desde mi hogar y acomodando mis horarios según las necesidades de mi hija, y no al revés.

 

Como todas las mamás, hice lo mejor que pude, y agradezco haber tenido la inmensa suerte de poder acomodarnos a un solo sueldo fijo y contar con el invaluable apoyo de todos en nuestras familias. A pesar de las políticas actuales que hacen intentos por promover cada vez más la lactancia materna, para la gran mayoría de las mujeres trabajadoras resulta muy difícil poder combinar trabajo y lactancia. En lo personal, considero que aún hay mucho por lograr… Todas las madres deberíamos contar con al menos una licencia paga de 6 meses y posibilidad de excedencia más amplia, lugares adecuados para la extracción y conservación de la leche materna, y una política de apoyo real por parte del empleador. Todas las madres deberíamos poder conciliar trabajo y lactancia, sin tantos obstáculos. Es nuestro derecho y el de nuestros bebés. ¡Sigamos informando y difundiendo!

 

Enlaces de interés:

 

Eventos por la SMLM: http://www.ligadelaleche.org.ar/eventos-especiales

 

Legislación vigente (Argentina): 

 

Video extracción manual (hasta minutos 2:44): https://www.youtube.com/watch?v=XXgUaZ4EV-s

 

Lactancia y reincorporación al trabajo remunerado (Alba Lactancia, España): http://albalactanciamaterna.org/lactancia/tema-4-cuando-los-ninos-crecen/lactancia-y-reincorporacion-al-trabajo-remunerado/

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